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Por qué un mal COU afecta nuestras vidas

Desde hace unos años, pero con devastadora virulencia desde la modificación en 2010 del Código de Ordenamiento Urbano (COU), los vecinos de La Plata hemos sido testigos de cómo se agudizaba la destrucción de conjuntos arquitectónicos fundacionales y empeoraba nuestra calidad de vida (pésimos tránsito y transporte público, desfiguración de barrios, desbordes cloacales, tala de árboles, merma en los servicios, etc)



Un Código de Ordenamiento Urbano es el texto que dicta cómo se desarrollará y, por lo tanto, cómo será  la ciudad: establece alturas máximas de construcción y usos por zonas,  áreas de desarrollo, forma de transporte, vinculación de zonas, grados de proteccion histórica, espacios verdes, etc. 

Todas las ciudades tienen sus códigos urbanos. Su objetivo debería ser el desarrollo armónico de las ciudades, su sustentabilidad, sus prioridades y la calidad de vida de sus habitantes.

A partir del cambio de código en 2010, donde más se construye es en el casco urbano. Además de la destrucción del patrimonio valiosísimo e irrecuperable, la avalancha de demoliciones y reemplazo de viviendas "unifamiliares" por edificios de departamentos -muchas veces de pésima calidad, aprovechando la estampida especulativa generada por el COU y el pobre control municipal- empujan los valores de viviendas y alquileres, haciéndolos inalcanzables para cada vez más amplios sectores de la comunidad.

Conclusión de cómo un mal COU afecta nuestras vidas: con el argumento de brindar vivienda se permite la demolición de nuestra cultura -privándonos del contacto cotidiano con ella-, pero en realidad se da libertad para construir peor, mucho más pequeño, y mucho más caro. Esta ecuación da como resultado ricos en un extremo (al "multiplicar" el valor de venta en relación al costo) y pobres en el otro (el precio del m2 se multiplica, pero se reduce la superficie de los módulos habitacionales). Es decir, nos condenan a la exclusión y al inquilinato: no tendremos un par de habitaciones ni patio, no viviremos en el casco, no seremos propietarios. No tendremos propiedad, ni historia, ni espacio público.

El cuadro permite ver la evolución de precios y salarios y el quiebre a partir de la modificación del COU.

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